EL ENCUENTRO

En abril de 2016 nos encontramos por primera vez en Moscú en la feria de construcciones. Vladimir, un empresario moldavo en el sector de muebles, de decoración de interiores, y de herramienta, y Claudio, un gerente de exportaciones italiano que trabaja para una red de empresas productoras en el mismo sector. Siendo ambos curiosos, espontáneos y muy directos, ligamos inmediatamente y empezamos a colaborar juntos después de pocos días.
Somos viajeros y viajamos mucho por trabajo. Vendemos productos italianos de calidad de Rusia a América del Sur, pasando por Oriente Medio, Europa y Magreb. El 5 de septiembre de 2017 estábamos juntos en Almaty, en Kazajstán, para un evento organizado por la agencia Italian Trade Agency.

EL DETONANTE

Una noche la pasión de Claudio por el vino (es sumiller AIS) nos lleva a una magnífica enoteca en el centro. El joven de la enoteca nos propuso probar un vino recién llegado de Marlborough, Nueva Zelanda: uno de los mejores Sauvignon Blanc del mundo. Estábamos curiosos y por eso,... ¡probamos! Pasamos la noche probando otros vinos locales. Catamos un vino tinto kazajo, producido gracias a la colaboración con un enólogo italiano. Nos sedució... ¡Fue el detonante a partir del que todo empezó!

LA IDEA

Llegó Navidad. Después de las felicitaciones, Vladimir me dijo que necesitábamos encontrarnos. Tenía una idea que le bulliba en la cabeza.
Nos encontramos de nuevo en Rusia en abril de 2018. Gracias a aquel panorama bonito decidimos analizar la posibilidad de producir juntos vino en Moldavia, un país con una tradicción vinícola milenaria. ¡Un pequeño país donde aún ahora está la bodega más grande en el mundo!

¿CÓMO LO HACEMOS?

Tuvimos que encontrar en Italia a un enólogo capaz que quisiera seguir este proyecto. Queríamos producir un vino nuestro con la técnica italiana en tierra moldava. Comenzamos a llamar amigos, sumilleres, productores, revendedores... Teníamos que encontrar a alguien preparado, con buena experiencia, con ganas de hacer y con posibilidad de viajar.
Nos encontramos de nuevo en la feria del mueble en Milán, donde planificamos nuestro viaje con dos enólogos italianos prometedores. Davide, un pequeño productor en Valtellina, y Lorenzo, un enólogo con experiencia en Toscana, Sicilia y en el extranjero.
Fuimos a Chisinau el 19 de julio de 2018: Claudio y Davide de Milan, Lorenzo de Roma. Vladimir nos estaba esperando para empezar juntos un trabajo intenso entre bodegas, terrenos y degustaciones al descubrimiento de esta tierra que tanto nos soprenderá.

LA BÚSQUEDA

Nuestro tour empezó del centro de la capital modalva, donde visitamos muchos locales y catamos mucho y mucho vino...

Los días siguientes viajamos por Moldavia a lo largo y a lo ancho. Queríamos ver cómo si cultivaba la vid y cómo trabajaban las bodegas en este país. Empezando todo desde cero, estábamos en busca de terrenos de cultivo, de viñas en alquiler, de proveedores de uva y de alguien que pudiera trabajar para nosotros en espera de nuestra estructura. Visitamos las bodegas más importantes de Moldavia.

NUESTRO TERRENO

Por seis meses buscamos nuestro terreno ideal. Lorenzo y Davide nos explicaron que para hacer un vino perfecto necesitábamos un terreno con una perfecta exposición al sol, posiblemente no llano para evitar la estañadura de agua y naturalmente con criterios adecuados a las análisis. Por nuestra parte, queríamos un terreno fácilmente alcanzable y justamente a un precio razonable. Por eso, empezó un largo trabajo de búsqueda, muestras, análisis...

NUESTROS PRIMEROS VINOS

Al mismo tiempo seguimos nuestra búsqueda y selección de socios fiables y capaces de trabajar con nuestros técnicos. Un importante trabajo de equipo en la selección de materias primas es esencial para empezar a sentar las bases para un trabajo excellente. Visitamos y nos pusimos en contacto con otras bodegas en octubre de 2018 durante la Jornada Nacional del Vino.

Gracias a los amigos de la enoteca In Vino Veritas en Lecco (aún no lo sabíamos que se habrían convertido en nuestro primer importador italiano), en noviembre visitamos el Merano Wine Festival en Italia y una importante bodega en Trento. Aquel viaje fue mágico... ¡Fue el comienzo de importantes colaboraciones!

EL PROYECTO I’M WINERY

Teníamos que empezar a pensar incluso en un nombre para nuestra empresa vinícola. Necesitábamos algo que uniba Italia y Moldavia y que representaba algo internacional... I de Italia, M de Moldavia, unidos por el apóstrofo para formar una de las primeras nociones del ingles: I’M (yo soy). ¡Fantástico! (¡Gracias Mariele!). El nombre estaba decidido, faltaba solo definir la gráfica. Sencillez y capacidad de transmitir esta colaboración entre Italia y Moldavia eran imprescindibles. Super Bruno dio inmediatamente en el blanco. Nació el logo mínimo y elegante I’M, plenamente en línea con nuestra concepción y nuestro esloganes: I’M “IDENTIDAD ITALIANA” y I’M “WINERY, VINO Y MUCHO MÁS”. El primer representa la colaboración entre estos dos países: en Moldavia produciríamos vino con identitad italiana, es decir know how, técnica y creatividad que identifican a Italia como un país histórico conectado al vino. El segundo era para dejar claro desde el principio que no produciríamos solo vino: además de una bodega de última generación, construiríamos una pequeña estructura para acoger aficionados de vino desde todo el mundo. Estableceríamos sinergias con otros productores (incluso italianos)... ¡Un proyecto de 360 grados entre Italia y Moldavia! Empezamos a estudiar botellas, etiquetas, paquetes y material promocional...

LOS ÚLTIMOS DETALLES

Desde Navidad de 2018 hemos viajado mucho. Teníamos que catar vinos, definir los últimos detalles para las cajas, las etiquetas, las traduciones y...los tapones. Faltaba poco...

¡ESTAMOS LISTOS!

Esta es nuestra historia hasta ahora. A partir de este momento, incluso tú que estás leyendo eres parte de nuestra historia... STAY TUNED!